Propuestas para la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW) desde CARE
CARE ha ubicado la igualdad de género, incluida la voz y el liderazgo de las mujeres, en el centro de su Visión 2030. Esta prioridad se alinea con la agenda global 2030 para el desarrollo sostenible, y también con marcos globales como la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, a través de la cual la comunidad internacional se ha comprometido a lograr la igualdad de género, como una cuestión de derechos humanos, pero además como la base de un “mundo pacífico, próspero y sostenible”.
CARE International |
14 de Marzo de 2022
Las nuevas y prolongadas crisis humanitarias, la emergencia climática y el COVID-19 solo han exacerbado la desigualdad de género y, por lo tanto, han hecho que nuestro enfoque en las mujeres y las niñas sea aún más crítico. En respuesta, CARE tiene como objetivo promover la agencia de las mujeres y las niñas para tomar medidas para el cambio, busca reparar las relaciones de género desiguales, particularmente en la toma de decisiones, y tiene como objetivo lograr un cambio estructural profundo a través de la implementación de políticas y prácticas de igualdad de género.
Este documento describe brevemente los mensajes de incidencia de alto nivel de CARE sobre el liderazgo de las mujeres para el Día Internacional de la Mujer y para la 66ª sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW) de la ONU, cuyo tema prioritario este año es la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas en el contexto del cambio climático, y la reducción de riesgos medio-ambientales y de desastres.
1. Justicia Climática
El cambio climático constituye una mayor amenaza para las poblaciones más marginadas, incluidas las mujeres y las niñas, que a menudo son las que menos contribuyen a su escalada. El cambio climático pone en peligro los beneficios y el progreso ya logrado para abordar la injusticia de la pobreza y es un factor impulsor del desplazamiento forzado y el conflicto, ya que aumenta la competencia por el agua y otros recursos naturales, lo que contribuye a la desigualdad en diferentes ámbitos, incluida la carga de trabajo de las mujeres y el riesgo de violencia basada en género.
A medida que los gobiernos se ven sometidos a una presión cada vez mayor para aumentar drásticamente sus ambición climática (es decir sus acciones para remediar la degradación climática), tienen la oportunidad de garantizar que la justicia de género y la justicia climática vayan de la mano. Gran parte del daño causado es irreversible, pero parte de él puede contrarrestarse mediante políticas y acciones relevantes frente a los problemas medio-ambientales que a la vez sean inclusivas, justas y transformadoras en cuanto al género; que se planteen como objetivo ayudar a las personas de todos los géneros a fortalecer su resiliencia y capacidad de adaptación frente a los impactos y tensiones relacionados con el clima; que extiendan la igualdad y limiten el aumento de la temperatura global a 1,5°C. Es muy importante fortalecer la voz y el liderazgo de las mujeres y las niñas para influir en el diseño y la implementación de estas políticas.
Recomendaciones clave para gobiernos, donantes y otras partes interesadas:
• Presionar a los gobiernos del Norte Global para que cumplan con sus obligaciones en virtud de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) para contribuir con $ 100 mil millones de dólares en promedio entre 2020 y 2025, y destinar 50% de esa financiación a la adaptación.
• Incrementar la proporción de financiamiento climático bilateral, dirigido en un 88% a cuestiones de género, en línea con los compromisos del Foro Generación de Equidad.
• Abogar por acciones específicas para aumentar el acceso de las organizaciones dirigidas por mujeres y de derechos de las mujeres (WLO/WRO por sus siglas en inglés) a la financiación climática y promover los principios para la adaptación dirigida localmente, de lo cual CARE es signataria.
• Garantizar mecanismos sólidos de participación e inclusión basados en los derechos humanos para las partes interesadas de la sociedad civil, en particular las WLO/WRO, en todas las acciones climáticas, incluidas las políticas a diferentes niveles y las propuestas de financiación para los fondos climáticos y los donantes.
2. Acción Humanitaria
Promover la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres y las niñas y su liderazgo en la acción humanitaria es fundamental dado que las crisis exacerban las desigualdades preexistentes. Durante y después de las crisis, las mujeres y las niñas sufren de manera desproporcionada por el aumento de la inseguridad, el aumento de la carga de trabajo de cuidados (a menudo no remunerado), la violencia de género (incluida la violencia sexual en los conflictos), así como el acceso limitado a la protección, los medios de subsistencia, la educación y la atención médica, incluidos los servicios de salud sexual y reproductiva. Las mujeres y las niñas están mejor posicionadas para diseñar respuestas a los problemas que enfrentan en las crisis, pero siguen excluidas de los espacios de toma de decisiones locales, nacionales, regionales y globales donde se discuten y acuerdan políticas, presupuestos y prioridades críticas. Esto sucede a pesar de los numerosos compromisos de incluirlas en las decisiones que las afectarán en marcos globales como los ODS, la Agenda de Mujeres, Paz y Seguridad y el Gran Acuerdo (Grand Bargain).
Para cumplir con los compromisos de promover el liderazgo de las mujeres y la igualdad de género en la acción humanitaria, los donantes, los gobiernos y los actores humanitarios deben:
• Facilitar y fortalecer activamente la participación y el liderazgo directo, sustancial y significativo, de diversos grupos de mujeres y niñas, incluidas aquellas que experimentan formas cruzadas de discriminación, en espacios relevantes de política humanitaria y de desarrollo, coordinación y toma de decisiones a nivel local, nacional y global.
• Aumentar el volumen y la calidad de la financiación humanitaria que va directamente a las WLO/WRO, incluida la financiación flexible plurianual que cubra todos los costes directos e indirectos, y establecer e informar públicamente sobre objetivos de financiación específicos y el progreso con respecto a ellos a través de iniciativas clave como el Gran Acuerdo (Grand Bargain) .
• Llevar a cabo sistemáticamente análisis de género y evaluaciones de riesgo de violencia de género como parte de todas las respuestas a las crisis y fortalecer la recopilación y el uso de datos desglosados por sexo, edad, discapacidad y otras diferencias contextualmente relevantes para informar el diseño, la implementación y la financiación de los planes, políticas y programas de respuesta humanitaria.
• Invertir más en la integración sistemática del análisis de riesgos climáticos de género para informar los esfuerzos de Acción Anticipatoria, Reducción del Riesgo de Desastres, Alerta Temprana y prevención de y preparación ante desastres.
3. Una respuesta y recuperación frente a Covid-19 justa e inclusiva en términos de género
Los datos de fuentes como la iniciativa Women Respond (Mujeres responden) de CARE, muestran que COVID-19 ha ampliado y profundizado las desigualdades sistémicas existentes y ha tenido impactos devastadores en múltiples dimensiones de la vida de mujeres y niñas; desde su derecho a trabajar y aprender, hasta su derecho a no sufrir violencia. Por ejemplo, durante la pandemia, las mujeres han perdido sus medios de subsistencia a un ritmo 1,8 veces mayor que los hombres, además de tener que asumir responsabilidades de cuidado adicionales. Las mujeres también han estado ausentes en gran medida de la toma de decisiones en relación con la pandemia, a pesar de ser la mayoría del total de trabajadores sanitarios de primera línea.
Para garantizar una respuesta y una recuperación de la pandemia con justicia de género, CARE hace un llamado a los gobiernos, donantes y actores humanitarios y de desarrollo a:
• Integrar un enfoque de igualdad de género y liderazgo de las mujeres en todas las políticas y financiamiento de recuperación de COVID-19. Esto incluye la puesta en marcha de estrategias de género integrales, la recopilación y el uso de datos desglosados por sexo, edad y discapacidad; y la implementación de evaluaciones de impacto sobre la igualdad de género.
• Abordar las desigualdades estructurales que enfrentan las mujeres y las niñas construyendo gradualmente la economía de los cuidados, comenzando a abordar las 5Rs y reconociendo los cuidados como un derecho. De acuerdo con los compromisos de la Coalición de Acción por los Derechos y la Justicia Económica (EJR por sus siglas en inglés) del Foro Generación de Equidad, la acción debe incluir compromisos para aumentar las inversiones en la economía de cuidados y trabajar para crear 80 millones de empleos decentes en el sector de cuidado.
• Asegurar que diversos grupos de mujeres y niñas tengan acceso a redes de seguridad y protecciones adecuadas cuando llegue la próxima crisis, aumentando significativamente las inversiones en esquemas de protección social sensibles al género y ampliando los programas existentes para captar mujeres que trabajan en la economía informal, mujeres empresarias y grupos marginados mientras se trabaja en conseguir la Protección Social Universal.
• Impulsar inversiones claves en la entrega equitativa de la vacuna COVID-19 para cubrir la brecha de financiamiento en entornos humanitarios y de desarrollo, utilizando datos en tiempo real a nivel nacional para resaltar las inversiones necesarias a nivel de sistemas y a través de presupuestos nacionales y/o en forma de asistencia bilaterales, alineándose estrechamente con el Sur Global y las iniciativas lideradas por mujeres.
• Garantizar un llamado en favor de una remuneración justa para los trabajadores sanitarios de primera línea (el 70 % de los cuales son mujeres) que esté centrado en toda nuestra influencia a nivel nacional y mundial en la respuesta y la recuperación ante la pandemia y que incluya las voces y prioridades de las trabajadoras sanitarias.
• Lograr el reconocimiento oficial y una mayor financiación para los servicios de VG y SSR como componentes esenciales y vitales de todos los esfuerzos de respuesta y recuperación ante la COVID-19, incluso en entornos humanitarios, para permitir que se lleven a cabo intervenciones específicas, accesibles y seguras, al mismo tiempo que se abordan las normas sociales subyacentes que contribuyen a las brechas de VBG y SSR.
• Asegurar acciones e inversiones urgentes para abordar el hambre y la desnutrición así como la creciente brecha de género causada por COVID-19 y garantizar análisis de género, recopilación de datos desglosados y el liderazgo de mujeres y niñas para guiar intervenciones específicas destinadas a detener la inseguridad alimentaria aguda y la hambruna.