Huda, una niña de 11 años, resultó herida durante un bombardeo. Su mensaje dice simplemente “Quiero mi antigua vida de vuelta”.
Para otorgar a los refugiados sirios una voz más fuerte en medio de un conflicto cuyas dimensiones políticas atraen la atención de la mayor parte del mundo, los fotógrafos estadounidenses Robert Fogarty y Ben Reece entregaron a algunos de ellos rotuladores. Inmediatamente, los refugiados escribieron mensajes dirigidos a los líderes mundiales en sus brazos y manos. A continuación, Reece y Fogarty, que viajaron hasta Jordania en septiembre con la organización internacional de asistencia humanitaria CARE, les fotografiaron. Los retratos fotográficos obtenidos condensan una amplia variedad de emociones: miedo, indignación, confusión, dolor, pena y, lo más importante de todo, esperanza. Entre dichos retratos se incluyen el de Muhammad, un habitante de Zarqa, cuyo sencillo mensaje dice “No soy un terrorista”, el de un niño que se pregunta “cuándo volverán a casa” y el de Ayman, otro habitante de Zarqa, cuyo mensaje es “Construimos el mundo mano con mano”.