Proyecto de protección multisectorial ante la crisis humanitaria

COVID-19, UNA SITUACIÓN INESPERADA

 

Por: Danilo Manzano y María Gabriela Alvear, Fundadores Diálogo Diverso

 

El proyecto Protección Multisectorial ante la Crisis Humanitaria, ejecutado por CARE Ecuador, Fundación Alas de Colibrí y  DiálogoDiverso, se adaptó y respondió de manera eficaz ante la crisis de salud mundial por el COVID-19.

 

Ha sido indispensable atender las necesidades inmediatas de salud, albergue y alimento, de las
mujeres sobrevivientes de violencia basada en género, familias en condición de vulnerabilidad,
personas LGBTIQ+ de la población de acogida,refugiada y migrante.

 

Los equipos de cada organización pusieron en marcha su trabajo. La atención directa en las oficinas de Quito, Manta, Guayaquil, Huaquillas, Lago Agrio y Tulcán, ciudades donde se ejecuta el proyecto, se restringió debido a que el Gobierno Nacional decretó el Estado de Excepción en Ecuador, como una medida para prevenir el COVID-19. Sin embargo, la limitada movilidad reforzó nuestra atención a través de canales telefónicos y virtuales, con el fin de responder a las necesidades emergentes. La asesoría legal, psicosocial, médica, de trabajo social y las respuestas ante los requerimientos de albergue y salud han continuado. Alianzas con entidades públicas, de atención médica y seguridad, así como con organizaciones de Naciones Unidas, han generado importantes resultados para asegurar la ayuda humanitaria.

 

Debido a la complejidad de la pandemia y a la restricción de movilidad en el país, la vida de las personas refugiadas y migrantes se ve deteriorada. Muchas de ellas sobreviven con un ingreso diario y han dejado de trabajar ya que el comercio en espacios públicos está prohibido. Esto las expone a múltiples vulnerabilidades ya que no pueden acceder a medios de subsistencia para adquirir alimentos y medicina o pagar alquiler. Los trámites para su regularización migratoria han sido suspendidos y con ello, su estabilidad se ha visto afectada. A nivel social, ha incrementado la xenofobia y la violencia de género, especialmente hacia mujeres y población LGBTIQ+.

 

La situación actual ha agravado la economía del mundo y del país, razón por la cual las brechas laborales, económicas y sociales se profundizan. En este escenario, el Gobierno debe definir políticas para la inclusión social y económica de las personas que viven en condiciones de mayor vulnerabilidad, como las poblaciones en situación de refugio y migración.

 

Se debe garantizar el derecho a la salud a un alto nivel, el respeto a la dignidad humana y generar respuestas que eviten la xenofobia y todo tipo de discriminación. Las autoridades nacionales y locales deben atender las necesidades básicas de la población como son dotación de agua, albergue, salud y alimento de manera eficaz e inmediata. El virus no discrimina y por ello las medidas estatales deben ser integrales para toda la ciudadanía.
Esta crisis ha representado una oportunidad para activar y transformar nuestros servicios. La adaptación del trabajo nos motiva cada día a buscar nuevas y mejores formas de ayudar ala población refugiada y migrante. Este es un momento en el que la buena práctica del trabajo articulado demuestra grandes resultados. Sin embargo, este trabajo debe ser complementado con las acciones de la ciudadanía, ya que en sus manos está cumplir con las medidas de
aislamiento y mostrar, a través de acciones específicas como donaciones, su solidaridad con las personas más necesitadas.

 

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